Puede ser fácil para quienes no estamos tras las rejas decir que Pedro Jaimes cumple un año y dos meses detenido injustamente: 426 días en una celda de en el Sebin, custodiado por funcionarios. Lo desaparecieron por 35 días, le fracturaron una costilla a golpes, lo torturaron con electricidad y simularon asfixiarlo utilizando bolsas rociadas con insecticida. Pedro tuiteó la ruta del avión presidencial el 3 de mayo de 2018, información pública en Internet y que todo venezolano tiene derecho a conocer.
Antes de ser detenido arbitrariamente Pedro vendía productos en Internet por Mercado Libre, buscaba las medicinas para su hermana Trina, se ocupaba de las compras para la familia, y se dedicaba a publicar en su cuenta de Twitter @AereoMeteo diversa información aereonaútica, sobre el clima, y política. El tuit por el que lo detienen tenía sólo 12 RT para la fecha y mostraba al avión presidencial dirigiéndose al estado Aragua.
Ese día Nicolás Maduró encabezó un acto del “Plan Chamba Juvenil”, en el estadio José Pérez Colmenares de Maracay, estado Aragua. Incluso publicó en su cuenta de Twitter que visitaría el lugar, tres horas antes de que Jaimes mostrara la ubicación en el mapa de la aeronave presidencial.
Los empleados públicos, incluidos los miembros del Ejecutivo Nacional, están sujetos al escrutinio social sobre sus acciones, políticas adoptadas y el uso de recursos o patrimonio; más aún quien ejerza el cargo de la Presidencia de la República. La detención de Jaimes trae consigo preguntas: ¿los venezolanos no pueden saber dónde está el Presidente? El avión presidencial es parte del patrimonio público, si el Ejecutivo no desea que se sepa a dónde se dirige, ¿por qué su ruta permanecía pública en los sistemas de rastreo disponibles en Internet? ¿Por qué si lo consideraban un “secreto”, cualquier persona podía descubrirlo tan fácilmente?
Dos días después de la detención arbitraria de Jaimes, el 12 de mayo, Nicolás Maduro celebraba un acto de campaña electoral en el estado Apure, mientras tanto Pedro era presentado en tribunales “por tuitero”1, acusado de revelación de secretos políticos, espionaje informático, e interferencia de la seguridad operacional. Los tres cargos son amplios, lo que permite una interpretación discrecional y ambigua criminalizando la divulgación de información pública en Internet.
Cómo se vive la inocencia tras las rejas
El Estado no cuenta con argumentos válidos que respalden los cargos que se le imputan a Pedro, la publicación que hizo en Twitter no fue producto de “espionaje”: se conseguía mediante una simple búsqueda en Google. La legislación nacional e internacional resguarda el derecho a la información pública sin restricciones, incluso numerosas organizaciones se han pronunciado exigiendo su liberación ya que la detención de Jaimes vulnera sus derechos fundamentales además de exponerlo en el día a día a tratos degradantes.
Pedro está actualmente recluido en una celda de 4×3 metros sin ventilación ni luz eléctrica, que comparte con un recluso acusado de narcotráfico. Él y los reclusos de otras 10 celdas disponen del mismo baño, sin puerta, que asean cuando les llegan tobos de agua de la cisterna que surte a El Helicoide. En octubre de 2018 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos otorgó medidas cautelares a Pedro, al parecer esa fue la razón por la que dejó de compartir una celda de 3×12 metros cuadrados con 17 personas.
El dolor por la costilla rota le impide a Pedro mantenerse sentado por mucho tiempo, además no puede cargar peso, por lo que sólo dispone para su aseo de los tobos de agua que le pueden cargar hasta la celda: los coloca pegados a la pared, los tapa, y purifica el agua con el cloro que le hacen llegar sus familiares para poder bañarse algunos días a la semana.
A la falta de aseo y de luz se suman chiripas, cucarachas y numerosos zancudos; en promedio fumigan El Helicoide tres veces al año, y cuando lo hacen los químicos se concentran en su celda sin ventanas. Pedro Jaimes sufre ataques de asma al menos dos veces por semana, tiene herpes en la boca y alergia en la piel constantemente, pero no ha tenido atención médica adecuada, consume los medicamentos que pueden hacerle llegar sus familiares.
Regularmente la comida se sirve tarde, fuera de horario, por lo que en ocasiones llega a la celda en estado de descomposición. En múltiples ocasiones no desayuna sino que sirven solo dos comidas diarias de una dieta de porciones insuficientes que consisten principalmente en carbohidratos. Al déficit nutricional se le suma la falta de luz solar, que recibe junto a 6 o 7 reclusos una vez a la semana, durante una hora, cuando no cancelan la salida al patio por lluvia o falta del personal que les vigila, les toma fotos y videos.
A pesar de las precarias condiciones de reclusión, Pedro recurrentemente piensa en nuevas estrategias para impulsar su liberación, y permanece atento a las acciones nacionales e internacionales que ejercen en su defensa los abogados de Espacio Público.
Detención y tratos crueles
El 10 de mayo un grupo de funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) se presentó en su casa, revisó en detalle las pertenencias de Pedro Jaimes y de su familia y tomó algunas fotos de una antena de radio, se llevaron la computadora, demás equipos electrónicos, dinero, joyas, relojes, lentes correctivos, bolsos, y objetos de valor. Horas antes se habían llevado a Pedro en la urbanización Club Hípico, en Los Teques, mientras caminaba hacia su casa junto a su sobrino con las compras de comida.
La familia de Jaimes no supo de su paradero durante 35 días, en violación al debido proceso que garantiza la comunicación del aprehendido con familiares y abogados de confianza. En El Sebin fue torturado para que revelara las contraseñas de sus redes sociales. En una carta escrita a un diez meses de su detención, Pedro narra:
“permanecí incomunicado, torturado físicamente con corriente eléctrica, bolsas en la cabeza con insecticida, golpes con colchonetas, bates forrados y ‘racimo’ de plátanos verdes produciendo un traumatismo toráxico al fracturar la costilla en la región intercostal derecha que aún se mantiene sin cura (…) y me amenazaban con que me iban a violar con un palo”. La violencia tenía un objetivo: que Pedro revelara “la clave de la laptop extraída durante el allanamiento en mi casa y entregara o incriminara a usuarios de Twitter”.
Después de un año y dos meses de detención, tres jueces han sido asignados al caso: Rumely Rojas Moro, responsable de la audiencia de presentación; Edwin Camacaro Espinoza, quien encabezó la audiencia preliminar el 31 de enero de 2019. Y Jacqueline Marín Soto, quien lleva la causa de Pedro Jaimes desde el 26 de febrero de 2019 y responsable de la futura audiencia de juicio pautada para el 25 de julio de este año.
En cuanto al retardo procesal, los abogados de Espacio Público superaron diversas trabas para poder juramentarse. Además han habido 13 diferimientos de las audiencias de Pedro Jaimes: la audiencia preliminar se pospuso siete veces y, hasta ahora, se ha pospuesto seis veces el juicio oral y público porque funcionarios del Sebin no trasladan a Jaimes, quien permanece detenido de forma “preventiva” sin que hayan fundamentos legales para las imputaciones y sin una sentencia que le obligue a permanecer detenido. L
Carta Pedro Jaimes¿Qué puedo hacer yo?
La detención de Pedro pretende también amenazar a quienes se expresan en Internet o divulgan información que puede ser considerada “sensible” para el gobierno. La expresión es libre, y este derecho incluye no tener miedo a represalias por opinar o informar sobre cualquier tema de interés para la ciudadanía, el silencio no puede ser la norma.
Hablar sobre el caso de Pedro ayuda a mostrar lo que está sucediendo y a evidenciar las violaciones de derechos humanos a las que estamos expuestos en Venezuela, lo que contribuye a la búsqueda de soluciones y a que sea liberado porque es inocente. Su caso debe ser un incentivo para dar a conocer información que el Estado mantiene, de forma ilegal, en secreto, y también debe ser otro motivo de exigencia para el respeto y protección de la libertad de expresión en Venezuela.
Desde Espacio Público te invitamos a compartir en tus redes sociales y grupos de Whatsapp las imágenes que colocamos a continuación, para exigir juntos la liberación de Pedro Jaimes y que casos como este no se repitan en el país, publica utilizando la etiqueta #LiberenAPedro y recuerda conversar del tema con tu familia, vecinos, o en una cola. No permitas que el miedo te silencie.
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