“El Estado venezolano ha analizado detenidamente el informe 2007, percatándose nuevamente con decepción de que las fuente utilizadas para la elaboración del documento corresponden a un sin número de aseveraciones, ligeras y sin elementos probatorios, producto de datos y opiniones emanadas de varias organizaciones -con clara tendencia política opositora- contrarias a las acciones que lleva a cabo el Gobierno, en función de perfeccionar la calidad democrática en nuestro sistema político y social, orientado por la legítima y democrática Constitución”, destacó el oficio.
En las mismas líneas reafirman que la CIDH mantiene una actitud de parcialidad y selectividad malintencionada, lo que pone en entredicho la credibilidad y fortaleza de este organismo. En sus señalamientos concluye que en nuestro país existe un libre desenvolvimiento en la defensa de los derechos humanos, un total estado de derecho en el ejercicio de la libertad de expresión, un legítimo desempeño en la protesta social y un garantizado respeto a la vida.
Fuente: eluniversal.com