Todo esto se ve patentado en la sistematización del régimen al criminalizar la información y promover la autocensura, queda demostrado con los índices que muestra la ONG Espacio Público en el año 2008 cuando se registraron 186 casos de violaciones a la libertad de expresión, entre las que se cuenta la muerte de Oriel Zambrano; este año el CNP conjuntamente con esta ONG creó la Comisión Nacional de Protección al Periodista CONAPRO y hasta la fecha cuenta con 72 violaciones a la libertad de expresión, 9 agresiones entre éstas.
Nosotros, periodistas y comunicadores sociales, amparados por la Ley de Ejercicio del Periodismo, que en su artículo 5 define a nuestro Colegio Nacional de Periodistas como “…custodio y defensor del derecho del pueblo a ser y estar informado veraz e íntegramente”, y que además le establece como uno de sus fines el de “Contribuir al fortalecimiento, ampliación y profundización de la democracia en Venezuela”, y “Salvaguardar la libertad de expresión, el derecho de información y el derecho a la información”, denunciamos categóricamente –ante el mundo- en esta celebración del Día del Periodista, el amedrentamiento y la agresión física y verbal contra periodistas y medios estimulados y concretados por el Gobierno Nacional.
El Presidente Hugo Chávez, cabeza dominante de este sistema que intenta imponerse sobre nuestra vocación democrática, ha confesado que la partera de su revolución es la “lucha de clases” y ésta, la ha trasladado al universo de las comunicaciones en el país, obedeciendo al criterio marxista, históricamente aplicado en fracasadas revoluciones del pasado, de que la superestructura ideológica y comunicacional burguesa debe ser aniquilada por la revolución socialista, anulando así a quienes sólo tienen a los medios de comunicación privados e independientes como una vía para expresar el descontento y denunciar los atropellos del sistema dominante.
Los periodistas venezolanos agremiados en el Colegio Nacional de Periodistas rechazamos de manera contundente las actitudes mesiánicas que no contribuyen, ni al fortalecimiento de la paz ni al desarrollo de los pueblos, porque el verdadero desarrollo de un país se mide por sus libertades. Estamos dispuestos, como gremio y como ciudadanos a seguir –como siempre lo hemos hecho- en la lucha por nuestra democracia. NO aceptaremos imposiciones de ninguna índole y en nuestro norte seguirá siempre la libertad de expresión.
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