El locutor y abogado Leonaldi Meza anunció la salida del aire de su programa de información y opinión, “Mesa de Análisis”, de la emisora Furia 89.9 FM en Barinas (sur oeste), después de que la junta directiva recibiera llamadas el 12 de mayo con relación a comentarios sobre el conflicto por la desaparición de 32 mil bombonas de PDVSA Gas en la entidad.
Meza comentó al final de su programa, que no seguiría con el espacio “por lo sucedido el día de ayer en cuanto a la opinión que di sobre el conflicto de micrófonos que sucedió entre el jefe de PDVSA Gas Comunal y el actual gobernador, Sergio Garrido”1 y explicó que la junta directiva de la emisora había recibido llamadas, pero no le revelaron de quién.
El locutor explicó que la noticia comentada tenía dos días siendo titular principal en el Diario de los Llanos, por lo que consideró pertinente abordarla en su programa: “32 mil cilindros de bombonas (de gas doméstico) que todavía no aparecen y que se está a la espera de que a esto le dé un finiquito la policía anticorrupción”2.
Solo en el año 2022 en Espacio Público registramos el cierre de 81 emisoras en Venezuela, ejecutadas principalmente por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), situación que reduce la capacidad de acceder a la información a personas que no cuentan con servicio de Internet, ya que la radio es el medio de comunicación con mayor alcance en el país.
Frente a las llamadas presionando a Furia 89.9 FM, Meza explicó al aire que dejaría el programa “Para evitar perjudicar a la emisora, para que no sufra de un cierre (…), para que no vengan como ha pasado en otras ocasiones, que vienen con funcionarios de Conatel, con un piquete de la Guardia Nacional, a llevarse los equipos (de transmisión)”3.
La salida del aire de programas de opinión por presiones políticas viola el derecho a la libertad de expresión y minimiza la pluralidad de opiniones, requisito fundamental para la existencia de una sociedad democrática, para la exigencia de derechos y para el debate público sobre temas de interés.
Meza tenía tres meses al aire en esa emisora, y comentó que se conducía con autocensura: “para nadie es un secreto que hoy en día este tipo de programas uno tiene que hacerlo siendo autocensurado, no hay que meterse tanto con el gobierno, que a la hora de uno hacer un comentario no puede hacer un comentario más libre, más completo, más amplio (…) es la única manera de poder mantener este tipo de programas en la radiodifusión venezolana”4. Esta situación da cuenta de las presiones indirectas del Gobierno para reducir las críticas en los medios venezolanos.
El locutor explicó que no seguiría haciendo el programa en otra emisora y aclaró “es imposible poder mantener bajo el gobierno de Nicolás Maduro, un programa de información, de opinión de análisis y de comentarios. Quiero ser enfático en esto (…) fueron tres meses cuidándome mucho de lo que tenía que decir, aún diciendo las noticias que aparecen en los periódicos que controla el gobierno nacional (…) empezaron ya las amenazas con la emisora”5.
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