Cuando había comenzado la represión de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) contra los manifestantes en El Cigarral, Mireya Vivas trató de acercarse lo más que pudo para tomar buenas fotos. Observó que una persona estaba siendo agredida por efectivos de la GNB, se dirigió a los funcionarios con las manos en alto y pidió que cesara la agresión contra el manifestante. No imaginó que viviría una pesadilla
Mireya Vivas es periodista de ElHatillano.com y se encontraba el 10 de julio cubriendo una manifestación convocada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) denominada “El Trancazo” en las inmediaciones de El Cigarral, en el municipio El Hatillo, de la ciudad de Caracas. Cuando efectivos de la GNB cumplieron su petición, cesó la agresión en contra del manifestante, pero comenzaron las agresiones en su contra. La tomaron del cabello y la arrastraron varios metros; a pesar de que se identificó como periodista reiteradas veces a los funcionarios no les importó.
Fue trasladada al CIED, el edificio de la corporación Pdvsa ubicado en el sector La Boyera. En el camino la esposaron y la despojaron de todas sus pertenencias (casco, mascara, teléfono celular).
“Me metieron en un cuarto, el cuarto inclusive tenia orine. Se ve que allí es donde colocan a todo el que agarran”. Comentó Mireya en un video en el que relata los maltratos que sufrió durante las largas horas en las que estuvo detenida arbitrariamente. Con solo verla se evidencian los morados que ahora forman parte del marco de su cara y su tono de voz señala miedo.
“Me tiraron una bomba lacrimógena y me cerraron la puerta… Me sacaron por los pelos arrastrada y me dejaron ahí en el piso, cada vez que pasaban eventualmente me pateaban en las piernas, me golpeaban con los cascos en la cabeza” expresó.
Del mismo modo, narró: “Agarraban el polvo de la bomba lacrimógena, se lo colocaban en la mano y me lo estrujaban todo en la cara y me decían que abriera la boca, y después que me lo metían en la boca me echaban un vaso de agua en la cabeza para que todo eso me picara”. “Me dejaban descansar y me volvían a meter en el cuarto con la lacrimógena”.
Un Guardia Nacional le dijo que “tenía ganas de jugar tiro al blanco” y le disparó perdigones de goma a quema ropa.
Mireya cree que gracias a la presión pública la liberaron a las horas, debido a que el video donde se evidencia la agresión que sufrió por la GNB cuando intercedió por el manifestante se viralizó en las redes sociales.
Los efectivos de la GNB violaron los derechos a la libertad personal, integridad y libertad de expresión de Mireya Vivas, protegidos en los artículos 44, 46 y 57 de la Constitución. El contenido de estos derechos conlleva que nadie puede ser objeto de acciones de fuerza, menos por quienes detentan las armas para silenciar la denuncia y el imperio de la ley. Mireya Vivas, mujer y periodista, fue víctima de una barbarie criminal de las fuerzas de seguridad con el objetivo de someter la civilidad y expandir la autocensura en la población.
Estas conductas configuran hechos punibles según el Código Penal y la Ley Orgánica sobre el Derecho a la Mujer a una Vida Libre de Violencia. Los funcionarios de la GNB son responsables de la comisión de los delitos de detención arbitraria, abuso de autoridad y tortura, con agravantes de discriminación por violencia de género y otras circunstancias.
Las violaciones a los derechos humanos no prescriben y por lo tanto son perseguibles en cualquier momento hasta lograr justicia y reparación y hacer respetar el Estado de Derecho.
Video: Daniella Zambrano
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