Hace ya 10 años las pantallas de RCTV se fueron a negro, dejando a todo el país sin una fuente de información porque la Comisión Nacional de Telecomunicaciones decidió censurarlos a través de la no renovación de la concesión del espacio radioeléctrico, por tener una postura crítica al gobierno nacional. Este hecho marcó el inicio de la era de autocensura en Venezuela, donde otros medios de comunicación, periodistas y ciudadanos temen mantener una línea editorial crítica al gobierno porque podrían tener consecuencias similares.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) decidió a favor del canal el 7 de septiembre de 2015, reafirmando que el Estado Venezolano violó el derecho a la libertad de expresión. Esta sentencia logró demostrar la manera en la que el gobierno venezolano al no renovar su concesión a RCTV, tenía la verdadera intención de silenciar las voces críticas.
A partir del cierre de RCTV el Estado ha aplicado otras medidas que han contribuido con el espiral de censura y autocensura en Venezuela: la Ley Resorte, la salida del aire de más de 300 emisoras de radio, restricciones para la importación de papel periódico, bloqueos a páginas de Internet, eliminación de las cableoperadoras de canales internacionales (NTN24, CNN), compra-venta de medios con el sucesivo cambio de línea editorial, detenciones de personas por sus opiniones en Twitter, y más.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos establece en su artículo 13 el derecho a la libertad de pensamiento y de expresión, y allí señala que los Estados no pueden restringir este derecho por vías indirectas, tales como el abuso en los controles oficiales. La no renovación de la concesión a un medio de comunicación podría responder a razones legítimas; sin embargo, declaraciones públicas del entonces Presidente Hugo Chávez dejaron demostrado con claridad que la orden gubernamental era no renovar la concesión a este medio por tener opiniones contrarias al gobierno, que a criterio del Presidente, estaban “al servicio del golpismo, contra el pueblo, contra la nación, contra la independencia nacional, contra la dignidad de la República”.
La negativa de RCTV de modificar su línea editorial crítica al gobierno después del golpe de Estado del 2002, no constituye una razón válida para que se le castigue con la no renovación de la concesión, pues se trata del derecho a expresar críticas legítimas contra el gobierno. El argumento de que RCTV era un medio “golpista” pierde toda validez al no haberse sancionado internamente a este medio por la supuesta promoción de la irrupción del orden constitucional. De esta forma queda demostrado que el gobierno nacional castigó a RCTV como consecuencia de una línea editorial crítica al gobierno.
Igualmente, otras restricciones antes mencionadas como los controles para la importación y compra del papel prensa, los bloqueos a páginas web y eliminación de canales; implican violaciones del derecho a la libertad de expresión ya que censuran informaciones por ser contrarias al discurso estatal. Todas las personas tienen derecho a buscar, recibir y difundir información, y estas medidas continuadas restringen la posibilidad de acceder a los contenidos que las personas requieren para formar su opinión y tomar decisiones.
La autocensura ha sido otro producto de estas medidas: periodistas y personas que prefieren no publicar una foto, una opinión, ni contenido audiovisual por el temor a recibir una represalia por parte del Estado. Estas actitudes de protección ante la posibilidad de estar en la diana estatal, perjudican a la persona pero, sobretodo, tienen un impacto social negativo y altamente perjudicial. Cuando alguien se inhibe de expresarse, toda la sociedad se ve afectada en imposibilidad de conocer esa información.
A diez años de la salida del aire de RCTV, exigimos que el Estado restituya la señal al canal y acate la decisión de la CorteIDH. Respaldamos una vez más a todo el personal del medio que sigue trabajando y expresándose desde otras plataformas e invitamos a la ciudadanía a continuar en el apoyo a la libre expresión, venciendo la censura.
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