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VENEZUELA: SITUACIÓN DEL DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN E INFORMACIÓN
desnuda el fracaso del sistema político venezolano para garantizar la cohesión
social, la gobernabilidad y la conanza en las instituciones.
Las instituciones políticas del país están debilitadas en la medida en que
se encuentran desnaturalizadas porque no son receptivas a los reclamos de
la sociedad. Las calles están marcadas por la insatisfacción de las personas y
la ausencia de respuestas a demandas concretas. Las manifestaciones son un
signo del descontento ante la dependencia del Poder Judicial y una gestión
pública ineciente.
Las sentencias del
TSJ expresan la ausencia de independencia y al mismo
tiempo desconocen un valor de la sociedad venezolana que es la expre
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sión y participación política mediante el voto universal, directo y secreto
en elecciones auténticas. El valor de la democracia y el poder del voto es
un carácter que está implícito en la política nacional. Es un componente
labrado por varias generaciones, se reivindica de un modo explícito, entre
otros indicadores, en las altas tasas de participación en las elecciones y en los
discursos públicos.
Las movilizaciones también tienen ese sustrato de reivindicar el poder
de voto para cambiar o evaluar políticas regresivas que son incapaces de
satisfacer la alimentación, la atención de salud, las medicinas, el derecho a la
educación y el conjunto de los anhelos básicos de la dignidad de las personas.
La respuesta gubernamental fue la descalicación genérica de las movili
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zaciones, la represión abierta y el desarrollo de estrategias de propaganda
para ocultar los hechos. Junto a manifestantes de todo el país, se castigaba
al periodismo independiente para impedir el acceso a la información a la
sociedad venezolana.
El año 2017, es el año con el mayor número de casos documentados con
denuncias al derecho humano a la libertad de expresión en Venezuela desde
el año 2002. Se mantuvo el correlato entre manifestaciones en las calles y
represión a los periodistas, camarógrafos, reporteros y fotógrafos. Es decir,
a mayor número de asambleas o reuniones en las calles aumenta la violencia
física contra los periodistas que hacen la cobertura de calle.
Un elemento característico de los hechos observados es la actuación
violenta y abierta de funcionarios policiales y militares en contra de comuni
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cadores. Hay muchos casos documentados de robo de equipos fotográcos
y teléfonos móviles. Es evidente que actúan con mayor arbitrariedad en la